El agua es la energía vital para la vida, es la fuerza en nuestro planeta que crea y da vida. Algunas teorías científicas afirman que el agua viene del universo y que se creó desde hace millones de años junto con la tierra. Todo lo que tiene vida en nuestro planeta tierra depende del agua para poder sobrevivir.

Un feto es 99% agua adentro del vientre de la madre, cuando nacemos somos 90% agua y durante la edad adulta somos 70% agua. La persona, al envejecer, llega a tener hasta un 50% de agua en su cuerpo. Prácticamente sin agua, no hay vida ya que el agua es un componente esencial del cuerpo humano que participa en la mayoría de las funciones vitales, por ejemplo: Ayuda a transportar todos los nutrientes que el cuerpo necesita, ayuda en la digestión, ayuda en la circulación sanguínea, ayuda a que los músculos se contraigan. Además, les da flexibilidad y elasticidad a los tejidos, participa en el buen funcionamiento del cerebro y sistema nervioso. El agua lubrica las articulaciones y mejora la resistencia de los ligamentos, ayuda a eliminar toxinas y desechos, ayuda a regular la temperatura corporal a través de la transpiración, entre otros más. ¡Como puedes ver, el agua lo es todo! Y lo mas importante, el agua es el transportador de energía que viaja por todo nuestro cuerpo.

Enfocándonos en su energía, el agua tiene la capacidad de configurar su geometría en función de aquellos elementos que están en ella y/o frente a ella. El agua guarda memoria, guarda la información, la frecuencia y la energía de todo aquello que entra en contacto con ella. En 1994, el doctor en medicina alternativa, Masaru Emoto (1943-2014) nacido en Yokohama, Japón, tomó unas muestras de una fuente de agua pura en Japón, congeló unas gotas y las examinó en un microscopio electrónico. Las fotografías mostraron hermosos hexágonos cristalinos parecidos a copos de nieve e hizo lo mismo con agua de un río contaminado pero el resultado fue todo lo contrario, pues no apareció una bella imagen hexagonal sino una forma desestructurada y obscura, como si el agua fuera sensible y se expresara de acuerdo con el entorno donde se encuentra. Así continuó sus investigaciones y comenzó a darse cuenta de que el agua respondía a estímulos como: palabras, música, emociones, pensamientos, imágenes, la escritura, básicamente la estructura molecular del agua dependía de la condición o situación a la que había sido expuesta.

En este espectacular libro conocerás este nuevo descubrimiento que abre las puertas a una conexión de lo inimaginable, el poder comunicarnos con el agua y recibir una respuesta que, honestamente por experiencia propia, te diré que te dejará con la boca abierta y emocionado (a) de poder recibir la respuesta a eso que tanto anhelas. He incluído en este bello libro imágenes de muestras de agua congelada con la respuesta que el agua me ha dado a lo que le he mostrado (en una imagen), preguntado (con palabras) o escrito (en un papel). Son fotografías originales jamás antes vistas ni publicadas, también coloqué en el libro las imágenes originales, lo que se le preguntó y lo que se le escribió al agua para que puedas compararlo y darte cuenta de que esto es verdad y está sucediendo. Te sorprenderás con lo que verás como respuesta por parte del agua. Esto es solo el inicio de un descubrimiento jamás imaginado y que está tomando fuerza a nivel mundial.